viernes, 9 de abril de 2010

Mensaje desde el más allá (aun no volví de mis vacaciones)

En este tiempo en el que los cercanos (y no tan cercanos) a mí sabrán que he estado pasando por cosas inaguantables e intolerables. Cosas que no creo haberme merecido. Como plantar flores y que crescan espinos.
Sentí muchas cosas. Despertándome bien o mal, no tenía la certeza que mitad del día estaría igual.
Y me he sentido solo. Pero hoy veo que realmente no estuve solo.
Mi corazón es como un muñeco a cuerda y con engranes. Totalmente distinto a los corazones que hacen muros, que fingen morirse, que se niegan a si mismos, que les crecen callos, que se vuelven materiales y caducos, que hacen todo mal.
El mio se rompió como si lo hubieran tirado al piso, es verdad. Pero no hizo eso que la gente esperaría. Ni se cerró para siempre, ni se volvió cínico, ni se puso a llorar desconsolado. No sigue más un sueño que ya esta sepultado. Estuve intentando juntar los pedazos del piso, arrodillado, aveces optimista aveces triste, aveces furioso, aveces apenado. Y me he sentido solo. Pero ahora me doi cuenta de la legión de amigos que desde mi triunfo, tropiezo, caída, agonía, muerte y resurrección me han estado ayudando a juntar un engrane, una tuerca, algo... Y sean profundos o no tanto, sean viejos amigos o desconocidos, fuese escuchando, fuese consolándome. Fuese en persona o no. Me han ayudado, me reanimado, me acompañaron en todo este camino y todavía lo harán. Lo sé.
Agradezco a: mis padres, mis hermanos, a KAZ, Hermana de SDU-7, Ratón Perez (SDU-7), Claudia Gabriela, Señorita Sandalia, Her no (???), Puick, Joy Jones, Sigfrido, Sebastian, Carla, Gabo, a la Santísima Trinidad y la virgen, al padre Eduardo Meana, a mis compañeros del retiro que hice en semana santa... a todo aquel que me escuchó y todo aquel que me ha defendido cuando ni yo estaba seguro de defenderme.
Y para vos, aquella que ya ni nombro. Te dejo solamente dos últimos presentes. Una moneda y una rosa roja. De un lado la moneda dice perdón y del otro dice paz. Esa es la última riqueza que comparto con vos. Y la rosa es para que sepas que un muerto le dejó un presente a otro muerto más muerto. Realmente veo que eramos de dos mundos distintos. Y sé que no puedes ver las diferencias, pero yo sí. Porque de verlas como yo las vos, entonces me enojaría con vos. Ningún concejo te puedo dejar sin que te lo tomes mal. Nada. Simplemente tampoco quiero que comentes. Si algo me vas a decir ten el valor de hacerlo de frente. Todavía quiero mi bandana roja. Sabelo.
Lo mejor que puedo hacer es seguir el consejo que me dijo una persona sabia y decirte: fuiste una linda experiencia y espero que te vaya bien.
Ahora solo queda esperar que alguien con un verdadero espiritu de amor quiera tomarme. Me ofresco imperfecto pero creo que puedo ofrecer cosas que pocos dan. Como la edición limitada de una figura de acción. Vengo con capera de cuero, bandana, botas incluido. Buscá el cupón que vale por un abrazo y un Stacker.